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Donald Trump, el elegido

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Esta madrugada el mundo esperaba ver a la primera mujer en la Presidencia de Estados Unidos, después de tener a un Presidente afroamericano, pero el elegido ha sido un hombre que ha puesto en escena sus tradiciones más oscuras y que ha puesto por delante del debate de las ideas a la xenofobia, el machismo, los insultos y la descalificación del otro. Estados Unidos ha elegido a un admirador de Vladímir Putin, al mismo que ha prometido construir un muro en su frontera con México para garantizar el empleo a los estadounidenses.

Ha sido una combinación de voto rural y voto obrero blanco el que le ha dado el triunfo. Se han rendido a su discurso no solo los Estados republicanos, sino los que votaron por Barack Obama en 2008 y 2012. Trump ha barrido con las estrategias de la campaña demócrata y ha anulado el efecto del voto latino. Ha ganado en uno de los Estados con mayor voto latino, Florida, pese a todas las encuestas y todos los pronósticos. Ha sido Trump el que más ha animado a votar en ese Estado, donde parecía imposible un triunfo republicano.

Trump ha demostrado que ha vencido prácticamente solo, contra todo y contra todos, hasta contra los republicanos que le habían ido retirando su apoyo conforme aumentaban los decibeles de su discurso misógino. Y ahora, él tendrá al alcance de la mano la maleta con los códigos nucleares que pueden destruir el mundo y el control de las fuerzas armadas más letales del planeta.

Todos pensaron que su candidatura era un chiste, desde Barack Obama hasta Katy Perry, pasado por Madonna o Ellen DeGeneres. Todo Hollywood se había volcado en su contra, pero, al parecer, cada vez menos gente va al cine. Trump es el nuevo Presidente y como tal su primer discurso ha sido más conciliador, menos de cuarto de guerra. Tal vez porque sabe que una cosa es la campaña, las promesas para llegar al poder, y otra cosa es gobernar.

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