Si no mejora las condiciones del “acuerdo” por el que Washington y La Habana acercan posiciones desde hace casi dos años, en cuanto asuma la presidencia estadounidense, Donald Trump lo dará por terminado, echando por tierra la normalización de relaciones comenzada por Barack Obama.
“Si Cuba no se muestra dispuesta a ofrecer un mejor acuerdo para los cubanos, para los cubanoamericanos y para el pueblo estadounidense en general, liquidaré el acuerdo”, dijo el presidente electo en un tuit.
If Cuba is unwilling to make a better deal for the Cuban people, the Cuban/American people and the U.S. as a whole, I will terminate deal.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 28 de noviembre de 2016
El mensaje coincide con el inicio de los tributos en Cuba por la muerte de Fidel Castro y con la llegada a La Habana del primer vuelo comercial regular a la capital cubana desde Estados Unidos en más de medio siglo, un paso más en la normalización de relaciones.
Desde agosto, las aerolíneas estadounidenses han estado volando al interior de Cuba, pero la capital aún estaba vedada. La nave de la compañía American Airlines (AA) partió a las 07:30 locales (12:30 GMT) desde el aeropuerto internacional de Miami, marcando otro momento clave en la historia de la aviación entre ambos países.
Los pasajeros, que no tenían idea cuando reservaron sus billetes que el vuelo coincidiría con los funerales de Fidel Castro, fallecido el viernes a los 90 años, fueron recibidos con croquetas, pastelitos y sombreros de paja de regalo.
La amenaza de Trump es el primer mensaje desde que el sábado se pronunciara sobre el deceso del “brutal dictador” cubano.
En ese comunicado, también prometía que, como presidente, hará lo posible “para garantizar que los cubanos pueden comenzar de una vez su camino hacia la prosperidad y la libertad”, aunque no llegó a concretar la amenaza que sí ha formulado ahora. Con todo, tampoco en este nuevo mensaje explica qué estaría dispuesto a “liquidar” de una creciente relación en la que también están en juego muchos intereses económicos de EEUU.
La mayoría de expertos considera por ello que aunque Trump puede llegar a ralentizar la normalización de relaciones e incluso frenar algunas medidas, es muy improbable que vaya a revertir todos los pasos, puesto que supondría un golpe fuerte a grandes intereses económicos estadounidenses, desde las grandes aerolíneas a los agricultores que también presionan por hacer más negocios con la isla.