El investigador de origen británico Oliver Hart y el finladés Bengt Holmström obtuvieron el Premio Nobel de Economía por su contribución a la teoría de los contratos, según anunció la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
“Las economías modernas se mantienen unidas por innumerables contratos. Las nuevas herramientas teóricas creadas por Hart y Holmström son valiosas para entender los contratos e instituciones de la vida real, así como posibles obstáculos en el diseño de contratos“, explicó la Real Academia en un comunicado.
Hart, nacido en Londres en 1948, enseña en la prestigiosa Universidad de Harvard y Holmström (Helsinki, 1949) en el reputado Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), ambos en Estados Unidos. El trabajo desarrollado por Holmström a finales de los años 70 demostró cómo los mejores contratos sopesan cuidadosamente los riesgos con los incentivos.
“Los galardonados de este año desarrollaron la teoría de los contratos, un amplio marco para analizar diversos asuntos de diseño contractual, como el pago por productividad para altos ejecutivos (…) y la privatización de actividades del sector público“, agregó.
Holmström aplicó su teoría a escenarios más realistas, como por ejemplo los casos en los que los empleados no sólo son retribuidos con salario sino con un potencial ascenso. Y este lunes se mostró “muy sorprendido” por haber recibido el Nobel.
“No lo esperaba en absoluto“, aseguró durante una rueda de prensa tras el anuncio realizado en Estocolmo. “Me sentí deslumbrado, como la mayor parte de ganadores, muy sorprendido y muy feliz“, añadió. Las investigaciones de Hart, por su parte, se han centrado en aspectos que no están especificados en los contratos, o los denominados contratos incompletos.
“Las conclusiones de Hart sobre contratos incompletos arrojaron más luz sobre la propiedad y el control de los negocios y tuvieron un gran impacto en varios campos de la economía, así como de la ciencia política y el derecho -apuntó la Real Academia-. Su investigación nos proporcionó nuevas herramientas teóricas para estudiar cuestiones como qué tipo de empresas deberían fusionarse (…) o si instituciones como las escuelas o las prisiones debería ser privadas o públicas“.
“Me desperté sobre las 04:40 y me preguntaba si se estaba haciendo demasiado tarde para que fuera (premiado) este año, pero entonces afortunadamente sonó el teléfono -contó Hart tras ser informado sobre el galardón-. Mi primera reacción fue abrazar a mi mujer, despertar a mi hijo pequeño (…) y ya hablé con mi compañero de premio“.
“Los contratos son una forma increíblemente poderosa de pensar sobre partes de la economía. Son fundamentales para la idea de que el comercio es un ‘quid pro quo’ y de que hay dos lados en una transacción“, explicó el economista en una entrevista concedida al Comité Nobel.
“A través de sus contribuciones iniciales, Hart y Holmström lanzaron la teoría de los contratos como un fructífero campo de investigación básica -destacó la Ral Academia-. En las últimas décadas también exploraron muchas de sus aplicaciones. Sus análisis de los acuerdos contractuales óptimos proporcionan un fundamento intelectual para diseñar políticas e instituciones en muchas áreas, desde la legislación sobre bancarrotas hasta constituciones políticas“.
El premio está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos $930 mil). Al contrario que los otros galardones Nobel, el de Economía no estaba incluido en el testamento de Alfred Nobel sino que fue creado en 1968 por el Banco Central Sueco y se concedió por primera vez en 1969.
El Nobel de Economía se entrega junto al resto de los galardones el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel. En 2015 el galardón fue para el escocés Angus Deaton, afincado en EEUU, por su análisis del consumo, la pobreza y el bienestar social. (I)