Así llamó el secretario jurídico de la Presidencia a Alex Bravo, exgerente de la estatal Petroecuador, al denunciar que el exministro de Hidrocarburos de este Gobierno, Carlos Pareja Yanuzzelli, habría recibido un millón de dólares de las cuentas de Bravo en las cuentas de sus empresas.
El exgerente de Petroecuador recibía las transferencias de los contratistas a su cuenta de Girbra, la empresa que creó en Panamá, y luego enviaba un porcentaje a una cuenta de Pareja Yannuzzelli, también domiciliada en ese paraíso fiscal, según la denuncia. Fueron $12 millones que luego eran repartidos. El origen común de esos dineros, contratistas de Petroecuador.
Pero estas revelaciones se van ventilando cuando el exministro Pareja Yannuzzelli, al parecer, ya no está en el país. El pedido de prisión preventiva también se ha pedido cuando el exfuncionario, al parecer, ya está fuera de la jurisdicción de la justicia ecuatoriana.
Las denuncias sobre la corrupción al interior de Petroecuador, sobre todo, alrededor de la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas, no son nuevas, pero son oficializadas cuando la de la venta de pases al interior de la Policía van perdiendo fuerza o se van minimizando. Y cuando el ambiente político se va fragmentando con una oposición dividida y con anuncios y retos abortados de raíz.
El gran cajero, se ha dicho. La pregunta que falta por responder es: ¿el gran cajero de quiénes? Porque de los $12 millones asignados a las cuentas de las empresas de Bravo solo un millón se habría desviado a las cuentas del exministro de Hidrocarburos. ¿Y los $11 millones restantes?