El camino a la presidencia en Estados Unidos se acorta, ayer fue el último debate y los temas primordiales que se desarrollaron fueron: migración, uso y control de armas, economía, política exterior, aborto, ISIS etc.
Donald Trump por un lado, no encaró y diluyó las preguntas que fueron realizadas directamente a él; a diferencia de las respuestas dadas por Hillary Clinton que fueron contundentes y centradas en el eje de la pregunta.
Los temas tratados durante casi dos horas de debate son de relevancia mundial y Clinton tiene mucha más experiencia, mucho más bagaje en el ámbito diplomático y político, eso le permitió articular un mejor discurso. Trump, en cambio, no tiene un pasado político, un pasado electoral y peca de ignorante el algunos temas que son importantes a escala mundial, eso juega un papel importante a la hora de establecer un discurso y a él se lo vio alejado de ello, pues habla más desde el ámbito coloquial y deja lo diplomático a un lado.
Este debate ha sido en sí un show mediático, el rating del “programa” fue alto porque captó la atención del electorado por todo lo que se dijo, más aún cuando existían acusaciones de lado y lado; pero al mismo tiempo se nota que Trump no maneja bien el discurso y su inteligencia emocional, improvisa mucho, en cambio Clinton sí lo hace y bien. Ella tiene más cordura en las interrupciones que hizo Trump en el debate final. Ella es más cauta, manejó de mejor forma el espacio.
Después del debate los expertos han empezado a dejar en claro que la ganadora de los tres debates es Hillary Clinton. Ahí precisamente se ha visto su manejo en el escenario, en la política, en su inteligencia emocional, frente a un candidato que -reitero- improvisa.
Donald Trump rompe los esquemas, sin embargo, hay una mayoría silenciosa en Estados Unidos, que se nota afín a su discurso.
De cara a las elecciones en ese país existe un Trump que es su agenda principal plantea el tema migratorio y el control al narcotráfico, mientras que para Hillary Clinton uno de sus ejes principales tiene que ver con el restablecimiento de la política internacional, es decir seguir en la línea del presidente saliente Barack Obama.
Hay que destacar también que el debate presentado ayer fue lleno de insultos, de acusaciones y se convirtió en un tema mediático. Fue un show con bastantes interrupciones de parte y parte. Precisamente ahí se pierde la esencia del debate, que básicamente es un espacio en el que tienen que surgir ideas y propuestas. Hay que esperar las elecciones de noviembre para ver qué los resultados de una campaña que ha estado plagada de acusaciones y de escasas propuestas, en el caso de Trump.