Carlos de la Torre, académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y director del Instituto de Investigaciones Económicas, analiza la incorporación de 20.000 barriles diarios de petróleo a la producción nacional provenientes del campo Tiputini, que es parte del desarrollo del bloque 43, que está a cargo de la estatal Petroamazonas. Para él, este hecho es considerado un hito en el país por todo lo que representa, entre otras cosas, la construcción de este proyecto petrolero que ha sido encabezado por técnicos ecuatorianos. Además considera que es necesario mantener una extracción apegada a las normas medio ambientales y que los recursos vayan en favor de las necesidades de los ecuatorianos.
¿En qué contexto inicia la producción del bloque 43 operado por el Estado?
Siempre es bueno entender los antecedentes. Esto está vinculado con la iniciativa Yasuní ITT que planteó el gobierno nacional. El objetivo de esta iniciativa procuraba contribuir a la protección medio ambiental y a la reducción de CO2 por el uso de combustibles fósiles, la otra parte es que Ecuador solicitaba recursos a la comunidad internacional en virtud a esa renuncia que haría a la explotación de ese bloque. Una renuncia a explotar esos recursos que significaban ingresos para el país a cambio de que haya una retribución económica internacional y con eso se lograría atender al medio ambiente, a las emisiones de combustión de petróleo, etc. La iniciativa fracasó, entonces la opción que le quedó al gobierno fue la de aprovechar los recursos naturales no renovables de esos campos. Entonces se da luz verde a que se empiece a hacer estos pozos y se incremente la producción petrolera del Ecuador
Inició formalmente la producción en el Tiputini, una zona que está fuera del Parque Nacional Yasuní, son 20.000 barriles diarios más que se integran a la producción nacional, ¿qué significa eso para el país?
Todavía es poquito 20.000 barriles. Es un poco menos del 5% de la explotación diaria de todos los otros campos que tiene el país, pero ya empieza a abonar a esa producción petrolera que ha sido constante en los últimos años en el Ecuador, porque hemos estado al tope de la capacidad instalada de nuestros pozos petroleros. Entonces, en una coyuntura de dificultades económicas, con un precio del petróleo que se ha desplomado, la alternativa que tienen los productores de crudo para cubrir esa brecha que se genera por el precio es precisamente incrementar el volumen de exportación. El Ecuador no tiene mayores posibilidades porque está casi al tope de su capacidad instalada y con esta nueva producción empieza a ampliar poco a poco ese volumen de los recursos que le va a generar un beneficio económico. Además, coincide con una etapa en la que los precios del petróleo, si bien no alcanzan los niveles de hace un par de años atrás, ya se mira una recuperación lenta, pero parece que es consistente y que va a llevarnos a precios un poquito más altos de lo que están ahora.
¿Cuál es el beneficio de corto plazo para el país?
Evidentemente que ya empieza a ampliar el volumen de crudo que le permite recuperar un poco los ingresos petroleros.
¿Y el lado negativo?
Muchos dirán que seguimos en una economía basada en la producción primaria y extracción de recursos naturales no renovables. Pero no se puede suspender de la noche a la mañana, tiene que necesariamente darse una transición y se tiene que aprovechar esos recursos del modelo actual para poder financiar el desarrollo de un nuevo modelo, de una matriz productiva.
Precisamente las cifras oficiales dan cuenta de que el número de reservas certificadas en el ITT superan los 1.500 millones de barriles, de un patrimonio nacional en reservas de cerca de 4.000 millones de barriles, según el Vicepresidente de la República, pero ¿qué hacer si no se extrae esos recursos?
Claro son buenas noticias, pero en caso de no extraer esos recursos se los tendrá que dejar bajo tierra y son recursos que pueden ser útiles para el desarrollo del país.
El proyecto ha sido desarrollado por técnicos ecuatorianos y en una zona que no es de fácil acceso, se ha montado toda una infraestructura y Petroamazonas destaca el cuidado ambiental que ha tenido en el lugar y ha señalado el uso de tecnología de punta. ¿Qué significa esto para el país?
El uso de tecnología de punta lo que significa es que el impacto medio ambiental es mínimo porque ahora se aplican técnicas de pozos horizontales, es decir, llegan al yacimiento pero desde un lugar alejado de ese yacimiento y por tanto no afecta al ecosistema; entonces estas técnicas permiten reducir el impacto ambiental en el área. Por otro lado, la participación de técnicos ecuatorianos es importante porque los costos relativos al personal son recursos que se reinvierten en el propio país porque se destina a trabajadores ecuatorianos. Eso significa además que nuestros técnicos están en capacidad de operar con estas nuevas tecnologías y que están a la altura de técnicos internacionales.
¿Es decir que esto es un hito para el país?
Sí, porque el tema de la tecnología de punta normalmente ha sido manejado desde las grandes petroleras internacionales con sus propios técnicos; pero por las diversas circunstancias que se han dado en el manejo petrolero en el Ecuador, esa participación ha dado más espacios para que Petroamazonas y los técnicos ecuatorianos tengan presencia en la extracción petrolera en el país y esas empresas internacionales han hecho una transferencia de tecnología hacia nuestra empresa nacional y -reitero- nuestros técnicos están en el mismo nivel que los extranjeros. En ese sentido sí hay un paso que ha dado el país, que es importante. La dependencia que tenemos con respecto de tecnología y de técnicos del exterior es cada vez menor.
Hay grupos que se oponen a la extracción del crudo, pero Tiputini -según los datos recopilados- ya es una zona intervenida, de hecho este pozo se descubrió en la década de los 40 por la compañía Shell
Efectivamente, en general todo el tema de la prospección en nuestro Oriente se ha realizado desde hace mucho tiempo y la explotación a gran escala se inició hace más de 40 años en diversos pozos, que incluso están en áreas protegidas. También hay que entender una circunstancia importante y es que la preocupación en el tema medio ambiental ha sido creciente en las últimas décadas. Es un elemento que está más presente en la sociedad y hay más personas preocupadas de este tema que hace 40 años o más. De hecho es importante tener en cuenta que toda actividad humana genera impactos ambientales y que afectan a la naturaleza; pero eso también se contrapone con la otra problemática que es la necesidad de recursos que permitan el desarrollo económico y social. Así, vamos a tener una participación cada vez más activa de estos grupos de activistas, pero también es una necesidad. Es decir no se puede, desde una perspectiva de manejo económico racional, llegar a un nivel de explotación cero cuando hay muchas necesidades. El petróleo es un recurso que puede ser aprovechado en beneficio de los ecuatorianos, así que hay que buscar el equilibrio del menor impacto ambiental, pero es importante poder acceder a estos recursos.
Precisamente el Gobierno ha mencionado, y de forma reiterada, que estos proyectos son necesarios para que lleguen oportunidades de desarrollo a las comunidades que están cercanas a las estaciones petroleras y también al país en general. Se ha visto, por ejemplo, que en las poblaciones como Rocafuerte hay una Escuela del Milenio y la Comunidad del Milenio de Pañacocha, que está cerca a Edén Yuturi…
Exactamente y a eso agregaría que la conservación ambiental también cuesta y mucho dinero. Es decir, si se quiere mantener al Yasuní en perfecto estado y hacer otras reservas ecológicas eso demanda también muchos recursos y costos de oportunidad en otro sentido. Son áreas que no van a poder explotarse económicamente de otra manera. De algún lado tienen que salir esos recursos y si pueden salir desde una extracción petrolera que minimiza los impactos frente a lo que significaría el desarrollo de la producción agrícola talando la selva sería una alternativa frente a un costo de oportunidad de no hacer nada. En ese sentido, también la explotación petrolera genera esos recursos que pueden reinvertirse en favor del medio ambiente, en favor de las comunidades de la región y es algo que se ha hecho en los últimos años. De alguna manera se ha reconocido que esos recursos que salen de ese lugar tienen que revertirse en beneficio de las personas que habitan en ese lugar.
Usted podría ser catalogado como una persona que está a favor de la extracción y le van a vincular con el gobierno al decir que se están haciendo las cosas bien…
Lo pueden hacer, pero ahí vienen la posición académica, se emiten juicios con argumentos y si eso coincide con lo que dice el gobierno está bien y si eso coincide con quienes están a favor de la explotación del petróleo es así. Yo estoy en contra de dejar los recursos abandonados en pro del medio ambiente cuando tenemos un país que requiere mucho dinero para poder desarrollarse. Tenemos muchos problemas sociales como desnutrición y si no atendemos con recursos que van a salir de ahí nunca vamos a solucionar esos otros problemas que también atentan directamente en contra de la vida y el bienestar de otras personas.