Según las cifras que maneja el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), casi 135 mil personas fueron asesinadas el año pasado en América Latina y Caribe. La lucha contra esa violencia tiene un coste de unos $120 mil millones al año ($200 por habitante), tanto que América Latina podría tener un PIB per cápita un 25% superior si lograra cifras de inseguridad similares a las del resto del mundo. Solo el gasto en policías es de $51.000 millones al año.
El BID y el Ministerio de Seguridad de Argentina lanzaron la 8ª Semana Anual de la Seguridad en Buenos Aires, con diálogos sobre crimen y violencia. Es el principal evento de su tipo en América Latina y el Caribe, una región cuya tasa de homicidios supera en cuatro veces el promedio mundial.
Natalie Alvarado, coordinadora del área de seguridad del BID, admite que las estadísticas en la región son insuficientes pero sí apuntan algunos patrones. “Los países del sur están muy preocupados porque ha aumentado la victimización –el número de personas que dicen haber sido víctimas de un crimen-. La región ha crecido mucho pero no mejora la inseguridad. Hay una enorme población de ninis –jóvenes que no estudian ni trabajan- y un gran vacío institucional. Los sistemas penitenciarios están en crisis porque son centros del crimen donde lejos de rehabilitarse los delincuentes aprenden mejores técnicas. El crecimiento desordenado de las grandes ciudades latinoamericanas es el caldo de cultivo ideal”.
Según Alvarado, Honduras, que tiene una situación muy delicada, está bajando fuerte con reformas más centradas en el reclutamiento y la formación de la policía. Hay evidencias en todos los países de que mayor policía no es más seguridad. Ecuador también ha logrado avances. “Antes los policías era la gente que no tenía otra salida laboral, sin futuro. Hay que dignificar a la policía”, dijo Alvarado.
La Semana tiene dos partes. El Diálogo Regional de Políticas arrancó este lunes 26 con la participación de ministros y altas autoridades de 16 países. Al finalizar el Diálogo se dará paso a la Clínica de Seguridad, que tendrá lugar el 28 y 29 de septiembre. En la Clínica, casi 200 expertos y autoridades tendrán un diálogo técnico para analizar e intercambiar conocimiento sobre crimen y violencia.
“Desde hace 10 años venimos empeorando sistemáticamente. Argentina está en índices más bajos que el resto de países de la región pero si nos comparamos con nosotros mismos estamos peor. Tenemos un índice de 6 asesinatos cada 100 mil habitantes, poco para la región, pero es el doble que hace 20 años. Y está aumentando mucho el nivel de delito violento sin homicidio”, dijo Eugenio Burzaco, número dos del Ministerio del Interior argentino, anfitrión del encuentro sobre este tipo de violencia que el BID ha organizado en Buenos Aires con la participación de altos representantes de 16 países.
En Honduras hay 84 asesinatos cada 100 mil habitantes (datos de 2013), en Venezuela 53, en Colombia 31, en Brasil 28 y en México 19. En la parte más baja está Chile con 3 por cada 100 mil, seún reseña diario El País.
Esta inseguridad está provocando un coste enorme que impide avanzar económicamente a la región y fuerza a muchos de sus habitantes a emigrar a Europa o EEUU huyendo de estos delitos. “Latinoamérica está de media en 23 homicidios cada 100 mil habitantes. Es el doble de África y el quíntuple de Asia. Uno de cada cinco latinoamericanos lo ve como su principal problema”, asegura José Luis Lupo, representante del BID para el Cono Sur.
“Es urgente mejorar nuestras instituciones para ganarle al miedo y la inseguridad”, dijo Ana María Rodríguez, gerente del Departamento de Instituciones para el Desarrollo del BID. “Y en esto el rol de la policía es fundamental, ya que es el primer punto de contacto del Estado con la ciudadanía. Requerimos de una policía moderna que trabaje con y para el ciudadano”.
“Es urgente mejorar nuestras instituciones para ganarle al miedo y la inseguridad”, dijo Ana María Rodríguez, gerente del Departamento de Instituciones para el Desarrollo del BID. “Y en esto el rol de la policía es fundamental, ya que es el primer punto de contacto del Estado con la ciudadanía. Requerimos de una policía moderna que trabaje con y para el ciudadano”. (I)