El banco de leche humana se establece con el fin de promover y proteger la práctica de la lactancia materna, la leche materna no se compra ni se vende, solo se puede donar. Hoy en día el banco de leche materna que se maneja en los hospitales es para abastecer la demanda de la misma casa de salud. Un ejemplo de su uso, es en el prematuro o aquel niño que nace con alguna patología, son candidatos a recibir leche materna del banco con la finalidad de mejorar su pronóstico y calidad de vida. Por otro lado, su madre con el estrés emocional, muchas veces pierde la producción de leche materna a menos de que exista una buena estimulación. Toda madre que está en periodo de lactancia puede ser donante.
El primer banco de leche materna que se fundó en el país fue en Maternidad Isidro Ayora en el 2007, ahora a este centro se llama Hospital Gíneco-Obstétrico Isidro Ayora y el más reciente es el que lo estableció la doctora Rocío Caicedo en el Hospital docente de Calderón. En total el país cuenta con ocho bancos de leche materna: en el Hospital General Docente de Riobamba; en el Hospital General Docente de Ambato; en la Maternidad Mariana de Jesús de Guayaquil; en el Hospital Vicente Corral de Cuenca; en el Hospital Verdi Cevallos de Portoviejo y en el Hospital Martín Icaza de Babahoyo.
Estos sitios aseguran que los niños que tienen alguna demanda adicional de leche materna tengan una mejor nutrición, eso se traduce en menor estancia hospitalaria, menor costo para el sistema de salud y una mejor calidad de vida. Las fórmulas lácteas no compensan esta demanda y además deben ser preparadas en un lugar adecuado; estas no deberían ser preparadas en el hospital al lado de donde preparan todos los alimentos, que es lo que está pasando en la mayoría de los hospitales. Se debe tener un lugar estéril porque son niños que tienen una alta vulnerabilidad por el hecho de estar hospitalizados y cualquier agente externo le puede hacer daño. Los niños se infectan fácilmente, tienen enfermedades nocosomiales, que se trasmiten de una forma muy fácil y una fórmula láctea mal manejada resulta en un canal de trasmisión.
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Una fórmula láctea no se la puede preparar en la mañana y alimentar al niño dos o tres horas después de su preparación. Se la tiene que dar en ese momento porque pierde vitaminas y minerales, tan solo con la exposición a la luz solar. Es importante mencionar que una fórmula láctea no es sustituta de la lactancia materna; porque la leche humana no solo tiene los macro nutrientes como carbohidratos, proteínas y grasas. En la leche materna hay inmunoglobulinas que están vivas, hay hormona del crecimiento… de hecho cada día a través de la investigación conocemos más factores. Por eso es que no se puede comparar la fórmula láctea con la leche materna. En la una se está dando una cantidad limitada de macronutrientes y en la otra se le da un sin número de beneficios, que no solo es alimentación, sino que se está mejorando el sistema inmune del bebé, es decir, se lo está haciendo más fuerte y se lo está preparando para sus próximos años de vida.
La leche materna, la hoja de vida del recién nacido
Según la Organización Mundial de Salud, la lactancia materna en un país desarrollado se debe dar hasta los primeros 12 meses de vida. Pero en países como Ecuador, que está en vías de desarrollo, se recomienda que la lactancia materna dure hasta los primeros 24 meses de vida. Esta diferencia se establece por la estadística pública, en los países en vías en desarrollo las enfermedades diarreicas son prevalentes.
Como nutricionista recomiendo que el niño no debe lactar más allá de los dos primeros años de vida. La lactancia materna es formidable porque tiene un componente psicológico afectivo, es el contacto directo con su madre es protección, es cariño, es amor. Entonces el niño siempre querrá lactar porque está en contacto con su mamá; pero no es recomendable darles de lactar más de dos años porque puede generar desnutrición crónica, porque a pesar de que el bebe come, no consume la cantidad adecuada de nutrientes o de calorías que necesita para su crecimiento.
Más del 97% de bebés no va a rechazar la lactancia materna, hay casos muy puntuales en los cuales podría rechazarla, básicamente se da cuando el niño presenta errores innatos del metabolismo en el cuál ese bebé nace con alguna producción enzimática deficiente. Por ejemplo si un niño presenta intolerancia a la lactosa -que es bastante común- se le da a la madre una dieta libre de lactosa y así el bebé va a aceptar la leche de su madre de manera muy exitosa.
Reitero en la idea de que es casi imposible que una madre no produzca leche materna, lo que hay es una mala estimulación de la glándula mamaria, o sea no hay una buena técnica de lactancia, no hay un adecuado agarre del niño al seno, es decir no se educa a la madre en cómo estimular la producción de la leche materna. Por eso es importante capacitar al médico, enfermera y auxiliar de enfermería, que son quienes mantienen el primer contacto con la madre. Los tres primeros días post parto son cruciales para el éxito de la lactancia materna porque es dónde se da la estimulación y se va a activar todo ese flujo hormonal que hará que la producción de leche sea eficiente. Si en esos tres días no existe una buena estimulación y aprendizaje de la madre y el niño, la producción de leche materna deja de ser exitosa; lastimosamente esto es lo que ocurre en la mayoría de hospitales públicos y privados del Ecuador. Sin embargo, no hay ningún justificativo valido para no dar de lactar.