DPA. Dentro del contundente y casi rutinario mundo de los superhéroes siempre hay excepciones y “Suicide Squad” es el perfecto ejemplo: la tercera película en el universo extendido de DC Comics llega cargada de acción y adrenalina, pero con un escenario en el que los malos de la película reinan.
La cinta, escrita y dirigida por David Ayer, cuenta la historia de una agencia gubernamental secreta que recluta a un grupo de supervillanos para ejecutar una peligrosa misión a cambio de clemencia y para salvar al mundo de una complicada amenaza.
El reparto es poderoso, como el argumento y las escenas de acción. Cuenta con un aún taquillero Will Smith en el papel de Floyd Lawton (Deadshot), con Jared Leto -ganador de un Oscar como mejor secundario por Dallas Buyers Club – en el papel de Joker y con la actriz de moda en Hollywood, Margot Robbie, la joven que dio el salto con su papel en The Wolf of Wall Street, de Martin Scorsese.
En esta ocasión se mete en la piel de Harleen Quinzel, quizá el personaje más malvado y carismático a la vez de Suicide Squad, una antigua psiquiatra que ha perdido un tanto el juicio. El productor Richard Suckle describió el personaje como divertido, loco y terrorífico, con una relación disfuncional con Joker.
También están Joel Kinnaman, conocido por su trabajo en la última temporada de House of Cards, Viola Davis como la agente gubernamental Amanda Waller, Jay Hernández y Cara Delevigne, en una cinta que lleva en desarrollo desde 2009 y que causó furor tras su reciente paso por la Comic-Con, la convención del comic en San Diego.
Allí estuvieron Smith, Robbie, Leto, Ayer y el resto del reparto compartiendo sus impresiones con el público. Smith aseguró que es feliz haciendo esa clase de papeles que exploran el concepto de doble moral. “En mi vida en general y en mi carrera, esa clase de roles me hacen crecer porque de alguna forma mi vida tiene que ver con vulnerabilidad y autenticidad“.
Para Smith esta no es “una película de buenos contra malos, sino de malos contra el mal, si existe una línea entre ambos. Hacemos cosas malas por cosas buenas en esta película, por lo que ha sido muy divertido explorar ese mundo“.
Gran parte del resultado final se lo atribuye al trabajo de Ayer, un hombre capaz de ayudar a los actores a adaptarse a sus personajes y a sus relaciones. “Realiza un ensayo largo en el que se mete un poco en nuestras vidas, en nuestros traumas y éxitos para luego usarlos durante el rodaje. Es capaz de echarte en cara un trauma de tu infancia para que puedas actuar de una forma más real. Es un proceso fantástico, y es inevitable crear lazos con el resto del reparto“.
El director, por su parte, asegura que creció leyendo comics y que su idea era hacer una película que se pareciera a ese mundo y no al revés. Y con unos personajes “que tuvieran autenticidad”.
Por si todo lo demás fuera poco, la cinta cuenta con el aliciente de la banda sonora, compuesta por el ganador de un Oscar Steven Price.
Tras su paso por la Comic-Con, la esperanza es que pueda recuperar la millonaria inversión y que el público responda en un verano que de momento ha decepcionado a los estudios de Hollywood.