¡Pues sí! La participación de Ecuador en las Olimpiadas de Brasil es la consecuencia de la mala planificación deportiva del país. Se trabaja solo para cortos períodos. Hace falta un equipo multidisciplinario de primer orden: entrenador, psicólogo, nutricionista, médico, fisioterapista, implementación deportiva adecuada, etc. Se requiere de plan de competencias internacionales y el deportista necesita tener su vida solucionada para que poder dedicarse por completo al entrenamiento y no debe estar con la preocupación de cómo solventará sus estudios, su alimentación y su vivienda; adicional a esto se requiere trabajar con su autoestima para que ya no piensen que somos un país tercermundista que tiene que contentarse con una clasificación. Tenemos que ir a ganar una medalla, pero para eso hace falta trabajar con estrategias específicas en cada uno de los estamentos ya mencionados; de lo contrario siempre estaremos lamentándonos y diremos: sí fuimos y no pasó nada.
Ecuador tiene talentos, el atleta no debe conformarse con un resultado sudamericano, el atleta debe proyectarse hacia la máxima competencia, que es la marca mundial. Hay que hacer un reclutamiento de esos talentos que tenemos en el país para poderlos llevar a un trabajo posterior, a proyecciones mundiales. El atleta ecuatoriano tiene que aprender a amar lo que hace, vivir para ese deporte, trabajar para mejorar sus marcas, La proyección no solamente es de las entidades deportivas, la proyección tiene que ser también del atleta y para eso hay que educar al deportista, el cual debe tener un nivel educativo para que siempre tenga metas de superación.
Trabajo con una atleta de categoría juvenil, Maribel Caicedo, campeona mundial pre juvenil en 100 metros vallas en el 2015. He planteado un plan estratégico para Tokio 2020. Un proceso de preparación de cuatro años y con proyección a ser finalista y que se ubique entre los ocho mejores atletas del mundo. Pero para eso hace falta que se cumpla un gran plan operativo-funcional., ya que la ayuda que da el Gobierno a los atletas es solamente un paliativo, no es total, porque hay muchos requerimientos que no se han entregado, como medicina, implementación que se requieren para entrenar, los entrenadores estamos impagos. Todas esas cosas son afectaciones y el atleta no puede estar tranquilo, incluso para exigirle en su rendimiento debe tener todo cubierto.
¿Qué pasó con Alex Quiñonez? un gran talento de la velocidad, finalista de las Olimpiadas pasadas, lamentablemente nadie se preocupó de ayudarlo en su entorno. El Ministerio da el dinero, pero nadie va a los sitios de entrenamiento. Dónde está el psicólogo, dónde está el coordinador de deportes que observe lo qué está pasando. nunca le preguntan a un deportista cómo se siente, no se acercan a ver si las condiciones están bien; no solamente es cuestión de entregar un plan de entrenamiento físico por cumplir.
La medalla se gana en los entrenamientos y en esos entrenamientos hay una parte física, hay una parte técnica, hay una parte psicológica y la parte social del entorno del deportista, porque si observamos que ese entorno no es favorable hay que buscar uno mejor. El entorno de Alex Quiñonez no fue favorable para mantener su desarrollo. Estuvo en una final junto a Usain Bolt en los 200 metros planos, pero ¿ahora dónde está? No solo era cuestión de rebajarle su mensualidad porque no estaba cumpliendo, sino, ir más allá y tratar de buscar un entorno favorable para su rendimiento deportivo.
El talento ese algo único, tenemos que hacer algo para que ese diamante no se pierda por ninguna circunstancia. En ese sentido, hace falta cuidarlos porque no somos un país como Brasil o Argentina que tiene más de 200 millones de habitantes. Somos un país pequeño y hemos tenido buenos resultados. La muestra: un deportista como Jefferson Pérez que lo pudo hacer, que consiguió una medalla olímpica, porque pudo manejar sus estudios, sus aspiraciones. Entonces tenemos que dirigir a los deportistas en su parte física y su parte técnica; pero principalmente en su mente hay que tener muy claro los objetivos y en ese camino se van a presentar una serie de obstáculos a los que hay que vencer. Los deportistas deben ganar primero su batalla personal para luego ganar la medalla olímpica.
Jefferson Pérez es la motivación de que, sí se puede, de que sacrificándose un atleta de escasos recursos pudo lograr una medalla de oro; pero eso no quiere que todos van a seguir trabajando con la misma estrategia de Jefferson. Hay que tomar lo mejor de Jefferson, su auto determinación, su espíritu, pero hay que enfatizar en lo que no tuvo y mejorar ese aspecto. El equipo tiene que ser dirigido, supervisado, estimulado constantemente para que en el futuro obtener la nueva medalla olímpica.