DPA. Hollywood adora las franquicias y los remakes, por lo que a nadie le extraña ya que se llevase años hablando de una nueva entrega de los famosos Cazafantasmas. La sorpresa llegó cuando se anunciaron definitivamente los nombres de los protagonistas, muy distintos a los que la mayoría había imaginado.
Que los nuevos cazafantasmas fuera mujeres es una forma original de volver, una vez que se supo que Bill Murray, el protagonista de la dos primeras entregas, no estaba dispuesto a repetir persiguiendo espectros malignos por todo Manhattan. Así que la vuelta de tuerca la ha encabezado un maestro de los gags como Paul Feig, que en 2011 se sacó de la manga Bridesmaids y revolucionó el mundo de las comedias femeninas.
El título marcó un antes y un después en las carreras de Kristen Wiig y Melisa McCarthy, que desde entonces se han convertido en protagonistas de un buen número de filmes y trabajos en televisión. Por eso surgió la idea de repetir la fórmula convirtiéndolas en las nuevas Ghostbusters de esta película que podría acabar siendo una de las más taquilleras del verano boreal.
Para completar el cuarteto que marcó la cinta original de 1984 se han sumado Kate McKinnon y Leslie Jones, con un argumento que al final desemboca en una situación parecida a la del filme clásico, con las cuatro luchando contra espectros en la ciudad de Nueva York y con un tono cómico que va más allá incluso que la propuesta de Ivan Reitman.
El comienzo se centra en Erin Gilbert (Kristen Wiig) y Abby Yates (Melissa McCrthy), dos científicas que escriben un libro sobre la existencia de fantasmas que despierta burlas en el entorno académico. Eso hasta que los fantasmas hacen acto de presencia y entonces se unen a una ingeniera nuclear como Jillian Holtzmann (Kate McKinnon) y una trabajadora del metro de la ciudad, Patty Tolan (Leslie Jones) para acabar con la cadena de espectros.
Toda esa trama es la culminación de años de producción y rumores, algunos que hablaban del personaje de Murray transformándose en un fantasma y otros que ubicaban a los cazafantasmas en el mismísimo infierno. En 2014 se terminó de aclarar el panorama y se decidió que fuera Feig el encargado de esta suerte de continuación de la que se viene hablando desde hace mucho tiempo, y que puede inyectar capital -hasta $50 millones para empezar, según los analistas- a un verano bastante decepcionante en cuestiones de taquilla.
A favor cuenta con el talento humorístico de sus protagonistas y su tirón de público, además de las críticas que le han llovido desde que comenzó a gestarse. La polémica ha venido desde un círculo de defensores del concepto original a los que no les ha gustado que sean mujeres las protagonistas de la saga.
Tanto se ha criticado el tráiler y todo a su alrededor, que en Youtube ya tiene 800 mil detractores, como parte de lo que parece un campaña orquestada para manifestar el rechazo al concepto. Hasta el presunto candidato del partido republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, se quejó de que se usen solo mujeres para continuar la saga, otro golpe del magnate a las votantes femeninas.
Kristen Wiig, por su parte, manifestó su sorpresa ante semejante polémica. Según aseguró, nunca antes había hecho una película que despertase tanta atención, y afirmó además que la nueva versión es muy respetuosa con las anteriores entregas. Feig cree que se trata de un adolescente perturbado que ha hecho circular las malas sensaciones por Internet, pero que al final, el humor y la acción de su película terminarán por prevalacer y dictar sentencia sobre la verdadera calidad de este original intento. (I)