DPA. Uno cree que el vino tinto es una bebida que puede disfrutar cualquiera. Pero no es así. Y no porque genere dolores de cabeza al día siguiente, sino porque hay personas a las que les provoca una reacción alérgica.
El síntoma típico es el enrojecimiento de la piel. Pero la alergia también puede manifestarse con picazón y problemas gastrointestinales.
La culpa de todo la tiene la histamina, que también está presente en algunos quesos duros o en ciertos pescados ahumados. Sin embargo, la reacción más rápida la provoca el vino. Por un lado, porque es líquido y, por el otro, porque contiene alcohol, que acelera la circulación y hace que la sustancia sea absorbida más rápido por el organismo.
Lo mismo sucede con los sulfitos, que pueden generar ataques de tos y falta de aire.
¿Qué hacer si uno tiene este tipo de síntomas? No hay otra: probar otro vino. Según los especialistas, estos asuntos dependen de la cepa y del proceso de producción.
Si la histamina le genera alergia, mejor tome vino blanco, que según los expertos contiene mucha menos histamina que los vinos tintos.