Carlos Peñaherrera, Universidad San Francisco de Quito
El bambú tiene más de 1 200 usos desde decorativos hasta constructivos, con muchas bondades. En el reciente terremoto de Manabí, por ejemplo, un hotel en Canoa, el Canoa Beach Hotel, sigue en pie y su estructura es de bambú. Este material tiene mucha flexibilidad, es muy noble, pero no se comporta muy bien a la intemperie.
Debe ser debidamente tratado, cosechado maduro. A pesar de ser un insumo tan milagroso ha sido pobremente utilizado y asociado con limitación de recursos. Meter la caña en un hueco sin protección hará que en dos años se pudra y se caiga la construcción. Simón Vélez, un buen amigo y arquitecto que trabaja con la especie vegetal, dice que el bambú necesita sombrero y botas. Por ello, si se construye con este material hay que hacer unos techos con bastante volado y hay que elevarlo algunos centímetros del suelo rodeándolo con concreto.
Los primeros brotes, en el caso del bambú gigante, tendrán un diámetro de seis centímetros en promedio y demorarán alrededor de seis años para que alcancen un diámetro de 25 centímetros. Este bambú o nuestras cañas guaduas (Bambusa angustifolia), una vez que brotan, tienen un crecimiento de 52 centímetros diarios y llega a su altura final de 30 metros en 80 días. Pero se demora entre cuatro y cinco años en madurar, es decir no se lo puede cosechar antes de los cinco años de haber nacido del suelo. Si se lo cosecha antes, no será lo suficientemente fuerte.
Además, de todos los bambúes que se siembran en el Ecuador no todos necesariamente sirven para construcción. Por ejemplo, el Phyllostachys aurea es un tipo de bambú que se emplea más en artesanías o para paredes divisorias decorativas, nunca paredes soportantes.
La pata de los bambúes gigantes pudiera ser empleada como columnas, pero nunca en lugar del hierro en el hormigón armado, porque pierde volumen y adherencia. Eso sería un crimen.
De acuerdo con mi experiencia en mi finca en Santo Domingo de los Tsáchilas, los bambúes que están encima de las lomas son mucho más fuertes que aquellos más cercanos al agua, esencialmente porque tienen la vida más difícil. Tengo 20 hectáreas y se ha establecido que es el primer cultivo de bambú en el país hace ya en 20 años.