Desde una perspectiva analítica, el spot producido por el programa gubernamental EducaTV acerca de la prevención del VIH es un archivo interesante para analizar cuáles son algunas de las paranoias que van configurando el proyecto político actual. Desde luego que el Sida es una enfermedad que amerita prevención. Sin embargo, también es prioritario que los portadores cuenten con la mayor cantidad de derechos.
Hoy en día el Sida ya no es mortal y ha habido muchas mejoras para las personas que viven con él y campañas importantes para su prevención. A pesar de todos estos avances, este spot publicitario no da cuenta de esa mejora y sigue con un discurso estigmatizante y confuso para las personas. Cuando el Sida se detecta en Francia y EEUU tiene una característica social: se ceba con ciertos grupos históricamente discriminados. En EEUU, por ejemplo, se hablaba de los grupos de riesgo a partir de las 4 H: homosexuales, hemofílicos, haitianos y heroinómanos. Luego se incorporó una nueva H, la de prostitutas (hookers, en inglés) que continúan con la idea de la marginación. Estos grupos fueron los que más se contagiaron en ese año y su vulnerabilidad denuncia las omisiones de los Estados y la fuerte carga ideológica moralista sobre la enfermedad que daba culpa a las personas que por circunstancias históricas tenían particulares usos del cuerpo.
Llama la atención que esta campaña publicitaria se centre en el cuerpo de la mujer como si fuese la única persona en peligro de contagio, asumiendo además que las mujeres se dejan seducir por los hombres. En este caso no hay tampoco una atención a un grupo social vulnerable sino un uso patriarcal del cuerpo de la mujer que no ayuda a la prevención sino al miedo. Por esto, desde una perspectiva de derechos humanos, el VIH-Sida es una condición que debe ser protegida por parte del Estado. En este caso no hay protección desde la campaña educativa y, por el contrario, hay una estigmatización. Es decir, se vuelve a esos orígenes en los que se juega con una idea de contagio con culpa y en la que se trata de prevenir a través de discursos morales como el de la abstinencia. Muchos de los portadores del VIH/Sida que alcanzaron a ver el spot debieron sentirse profundamente ofendidos.
Una campaña publicitaria importante para la prevención del VIH es aquella que insta a todas las personas a la realización de exámenes periódicos (de sangre cada seis meses); que menciona que el Estado protege y garantiza los derechos de las personas con VIH/Sida; o aquella que informa que el tratamiento de la enfermedad está subvencionado por el Estado o que existen canales de asesorías e información disponibles para personas con dudas.
Por otro lado, las personas que están tratando de entender cómo se contagia el VIH no están aprendiendo nada de este comercial que incluso parece querer delimitar qué prácticas eróticas son saludables. Un Estado laico y de derecho no está para decir cómo deben relacionarse sexualmente las personas. Una campaña publicitaria con personas detrás de una máscara, en ambientes llenos de prejuicios, metiendo miedo a los espectadores y estigmatizando el cuerpo de la mujer conlleva un mensaje equivocado. Basta con remitirse a uno de los versos de la canción: el sida no se nota/poco a poco provoca/aceptas un besito/ te lleva al oscurito/crees que eres amada/ pero estás contagiada. Es peligroso que se produzcan estos archivos y es tremendamente perverso lo que se está tratando de conseguir con el mensaje, con dinero de todos los ecuatorianos y desinformando terriblemente.
Como dispositivo mediático también fue un fracaso, por eso entiendo que sus propios creadores lo han sacado del aire. Sin embargo, el video estuvo expuesto el tiempo suficiente para causar malestar y eso es positivo. El derecho a la libertad de expresión, a la opinión ciudadana, a interpelar aquello que nos parece molesto.
Incluso si el gobierno es conservador y tiene una línea conservadora, los derechos humanos deben ser respetados. Por más que el mensaje se alinee con el Plan Familia, con que las mujeres no puedan someterse a un aborto, o con que las personas homosexuales no puedan casarse ni adoptar, desde los Derechos Humanos se deben combatir estas potenciales violaciones. Llevar una salud sexual responsable es un derecho humano fundamental para las personas.