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La brecha digital aumenta las desigualdades socioeconómicas

Karla Jailene Esparza Chamba
Universidad Técnica Particular de Loja
martes, noviembre 16, 2021
Los cambios tecnológicos que vivimos llegaron para quedarse, por tanto, se deben superar los obstáculos que ralentizan el crecimiento. En el mediano plazo, el papel del gobierno debe apuntar a mejorar la conectividad de los hogares o al menos facilitar la comunicación
Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde hace más de un año la pandemia causada por la covid-19 ha sido motivo para revolucionar las formas de trabajo, los mercados de bienes y servicios, el sistema educativo, entre otras cosas, demostrando por un lado, el papel de la tecnología en el progreso económico y por otro, que la adaptación es el único medio para mantenerse en el mercado, permanecer en un trabajo o continuar aprendiendo.

Durante todo este periodo las condiciones socioeconómicas también han sido determinantes del éxito o fracaso de las familias, ciudades, países o regiones; según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ OCDE (2021), algunos países como China ya lograron volver a su nivel prepandemia del 2020, y otros como Corea se proyectan a hacerlo a lo largo de este año. Si bien las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se insertaron en la educación hace años, en la actualidad son potencialmente demandadas; según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, en el 2020 mientras disminuía el consumo de equipos de telefonía fija y móvil, el equipamiento con computadoras portátiles y de escritorio se duplicó respecto al 2019; también creció en 7.67% el número de hogares con acceso a internet, dando paso a que un 11.54% más de personas comenzaran a utilizar el servicio. Con estos datos se asevera que la brecha digital que corresponde al acceso de tecnología está cubierta parcialmente, ya que aún quedan factores como el tipo de dispositivo al que se puede acceder, aplicaciones o productos educativos que se pueden comprar, costos de mantenimiento de los recursos tecnológicos y la cobertura de servicio de internet que es significativamente menos rápida en ciudades pequeñas y zonas rurales.

También existe una brecha en términos de motivación, competencias, habilidades y finalidad de uso, es decir, que el uso de recursos tecnológicos depende de las habilidades que a su vez están condicionadas por la motivación, una brecha que surge por la velocidad de inserción de las TIC en el último año y que desafía a docentes, estudiantes y padres de familia que no tienen completo dominio sobre ellas. Por lo expuesto, las condiciones socioeconómicas en las que se implementan las TIC pueden desencadenar nuevas brechas de desigualdad social o ampliar las existentes.

La tercera brecha se basa en los beneficios sociales, culturales, económicos, personales y políticos que derivan del acceso y el uso de las TIC; en este caso, la desigualdad surge de los rendimientos diferentes entre usuarios que presentan perfiles de uso y acceso muy similares. Un ejemplo claro es lo que sucede entre los estudiantes de distintas instituciones educativas que deberían encargarse de dotar los suministros necesarios para el desarrollo de clases como revisión de planes académicos y licencias de uso para aplicaciones, sin embargo, el sector privado demuestra mayor acogida del tema tecnológico y el sector público se maneja desde una zona limitada; de esa forma, aunque se acorten las brechas digitales entre estudiantes, hay factores ajenos que determinan su futuro al acceder a otro nivel de educación o a un trabajo.

Así pues, del modo que la tecnología se reconoce como un factor importante en el crecimiento y desarrollo económico, la desigualdad social de la que hablamos puede reforzar y agravar la división socioeconómica existente en distintos niveles, porque definen el futuro nivel de competitividad de la población que actualmente se prepara para el mercado laboral nacional e internacional, y el legado que estos a su vez dejan.

Es relevante construir una propuesta metodológica para el estudio de la brecha digital que aborde distintos contextos y factores que incluso no se miden en otros países. En Ecuador el INEC recopila datos de la Encuesta Nacional Multipropósito de Hogares, que se convierte en una fuente para investigaciones, pero no ofrece la información suficiente para cuantificar el problema de la desigualdad en este campo o empezar a buscar soluciones.

Los cambios tecnológicos que vivimos llegaron para quedarse, por tanto, se deben superar los obstáculos que ralentizan el crecimiento. En el mediano plazo, el papel del gobierno debe apuntar a mejorar la conectividad de los hogares o al menos mejorar las condiciones como electricidad y vialidad que faciliten la comunicación; también aplicar medidas para dar acceso a mejores equipos como computadores de escritorio a costos bajos. Por otro lado, debido a que las inversiones en capital humano son trascendentes, a largo plazo la alternativa es fomentar la investigación y aumentar los insumos tecnológicos como el número de científicos y técnicos, porque eso guarda una estrecha correlación con la difusión de los instrumentos de las TIC.

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1 Comments

  1. Anónimo noviembre 17, 2021

    La brecha es también cultural!
    Qué sucede cuando el individuo rechaza, teme, desdeña o no quiere invertir en tecnología y sus beneficios?
    Desgraciadamente tenemos muchos, pero muchos individuos de ese tipo….

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